De todos los productos que hay en el mercado para estudiantes universitarios y graduados, los préstamos estudiantiles son lo peor. Pueden parecer relativamente inofensivos, pero no es así. Estos créditos son una de las cosas potencialmente más devastadoras a las que un estudiante se enfrentará en su vida. Pero la mayoría de ellos no tienen ni idea o están muy mal informados en lo que respecta a sus opciones financieras. Principalmente por tres razones:
- Los préstamos estudiantiles pueden acumular intereses muy rápido si no se gestionan adecuadamente. Es crítico ser proactivo para ejercer un manejo efectivo del préstamo.
- Muchos estudiantes tienen más de un préstamo, lo que resulta en un monto total que puede resultar agobiante. Entender los riesgos puede ayudarte a mitigar la exposición prematura a acuerdos de pago insostenibles.
- Tener excesivos préstamos puede afectar negativamente a tu puntuación de crédito, incrementando los tipos de interés y resultando en un aumento del precio que acabas pagando para tener bienes esenciales como un coche o una casa.
Estos tres consejos, dirigidos a nuevos graduados, estudiantes u otros que estén teniendo problemas con el pago de préstamos para estudios, serán de ayuda para gestionar el pago de la deuda estudiantil.
En primer lugar, conoce tus opciones
Hay un abanico amplio de tipos de préstamos. Los préstamos federales suelen permitir pagos extendidos, graduales o basados en el nivel de ingresos. Cada uno tiene sus propias ventajas. El pago extendido te permite ampliar el plazo hasta 25 años. El pago gradual empieza con una cuota mensual baja, que se incrementa cada dos años, lo que los convierte en una buena opción si crees que tus ingresos también se incrementarán. Los pagos basados en el nivel de ingresos se basan en una combinación del tamaño de la familia, ingresos e historial de crédito. Son buenos si tienes unos ingresos inconsistentes. Por supuesto, cualquier tipo de acuerdo que no liquide el préstamo rápidamente resultará en unos intereses más elevados pagados durante el contrato. Aunque tardar más en pagar un préstamo puede no ser la mejor opción, cualquier alternativa es mejor que aceptar un préstamo de tipo estándar o no ser capaz de hacer frente a las cuotas, porque causa daños financieros a largo plazo que podrían haber sido evitados.
En segundo lugar, piensa en solicitar un período de carencia
Si no has solicitado un préstamo estudiantil estándar, entonces puedes pedir a tu prestamista un período de carencia. Explicado de forma simple, esto significa que estarás exento de pagar un determinado número de cuotas, aunque los intereses seguirán corriendo durante este período. Hay algunas condiciones que debes cumplir para que te lo concedan, tales como problemas médicos o personales, u otras razones que puedas probar y que supongan un problema en tus capacidades para cumplir con el pago acordado. A veces puedes conseguirlo incluso si tu préstamo es estándar, pero siempre es mejor conocer tus opciones antes de necesitarlas. Saber que puedes posponer algunas cuotas al final del plazo de tu préstamo puede suponer una gran diferencia cuando estés preparando un plan para emergencias financieras inesperadas, o ante la incapacidad de cumplir los pagos como fueron acordados.
Tercero, unifica tus préstamos cuando sea posible y consigue ayuda si la necesitas
Algunos graduados tienen múltiples préstamos de varias entidades de crédito diferentes. Esto puede suponer un problema cuando el monto resultante de sumar las cuotas de todos los créditos es demasiado alto. En tales casos, hay servicios de unificación de préstamos estudiantiles disponibles. Algunos pueden incluso admitir préstamos que no se aceptan en los programas de unificación de deuda. En cada caso, es más adecuado hablar con una persona, explicar tu situación y estudiar cuáles son las opciones financieras disponibles para tu necesidad específica.
Las ventajas obvias de la unificación de préstamos son unas cuotas mensuales más bajas, pero este servicio también puede conseguirte una tasa de interés reducida o fija. En algunos casos, incluso ofrecen descuentos por programar pagos automáticos. Puedes encontrar información acerca de este tema en la web federal de ayuda al estudiante para unificación de préstamos o por teléfono en el 1-800-557-7392.
Mientras que algunos podrían discutir que considerar cualquiera de estas tres opciones es prepararse para el fracaso, no se puede negar el hecho de que la vida no siempre va como se planea. Desde el punto de vista de un adulto, asegurarse de que estás preparado para las dificultades financieras no es distinto de saber dónde están las salidas de emergencia de un edificio. Estar preparado de antemano requiere menos esfuerzo que intentar arreglar problemas durante una crisis, y puede suponer la diferencia entre solucionar el problema o ser arrastrado por él. Asegúrate de que conoces tus opciones de pago antes de que tú o un amigo necesiten usarlas.